La tradición dice que las personas tienen un año de mala suerte y calamidades: los hombres, cuando cumplen 42, y las mujeres, a los 33. Para tratar de ludir la mala fortuna, los peregrines que alcanzan esas edades acuden al templo de Yakuoji, que aloja al buda sanador Yakushi Nyorai.
Los jugadores encarnan a esos peregrinos. El objetivo es ascender los 33 escalones que llevan a la pagoda, pero siempre buscando el camino medio, evitando los extremos.